Saturday, September 23, 2006


Lluc Berga: El abismo del mundo, Hijos del Hule (colección Alquitara, 3), 2004, 705 pág.

El próximo viernes día 12 se presenta en Barcelona, en un acto programado a las siete de la tarde en la cafetería Salambó, la editorial Hijos del Hule. El nuevo sello editorial es una iniciativa del centro Aula de Escritores. Multiespacio literario. (http://www.auladeescritores.com/). Desde su sede en Barcelona, Aula de Escritores ya lleva años funcionando como escuela taller de escritura y organizando actividades paralelas a las propiamente académicas.

El leridano Lluc Berga, original de Linyola y afincado en Barcelona, es codirector de Aula de Escritores, donde también ejerce de profesor de Técnicas Narrativas y Novela.

Hijos del Hule debuta en las librerías con cinco novedades. Tony Lemaître (Cartagena de Indias, 1943) publica la antología de cuentos El patio de los abuelos. Trece puertas es un volumen de poesía firmado por Taula Kabish, el nombre de un colectivo que ha adoptado uno de los grupos de trabajo de Aula de Escritores. Silvia Manzana Hidalgo (Barcelona, 1973) presenta La hora bruja, donde combina prosa y poesía en microrrelatos o breves poemas narrativos. Raúl Pérez Lumbiarres (Barcelona, 1974) es el autor de La maldición del Reflejo, una novela dirigida al público infantil.

Por otra parte, Lluc Berga Espart se presenta como narrador con ánimo para las distancias largas con El abismo del mundo, una extensa novela que gustará a los amantes de las novelas de aventura e intriga que también aprecien generosas dosis de referencias a la historia de la cultura occidental dispersadas por la trama. La acción se inicia en un tiempo fuera del tiempo, un tiempo mítico anterior al inicio de la Historia. Los personajes y los acontecimientos correspondientes a la historia de la humanidad forman parte de mundos hipotéticos, futuros posibles que tal vez sucederán en un tiempo y un espacio físico. Estas características quedan superadas por la concepción global del tiempo en El abismo del mundo: como en El aleph de Borges, todo sucede en el mismo tiempo, pasado, presente y futuro coinciden en una misma existencia circular en la que más allá del eterno retorno, todo existe en simultáneamente. Al empezar la novela, el protagonista ya tiene una intuición: “constató que la existencia debía ser un libro circular, como de Borges, con un lomo interior que se mordía la cola, y se quedó absorto en esa idea”.

Empujados por unos misteriosos pergaminos que contienen cifradas las claves de la realidad, tres amigos iniciarán un viaje por el espacio y el tiempo.

El grupo de compañeros y el viaje en común por un mundo poblado de elementos fantásticos, recuerda genealogías como el libro clave de J:R:R: Tolkien popularizado por el cine, El señor de los anillos, o el argumento de otra historias épicas. Pero El abismo del mundo se desmarca con la inclusión de abundantes alusiones a la historia de la literatura.

(L.M. Crítica literaria publicada en el periódico La mañana el Domingo 7 de noviembre del 2004)

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